Lección 3
A medida que hemos estado haciendo el trabajo durante las últimas dos semanas, es probable que estemos, a estas alturas, empezando a notar que hay varios y diferentes pensamientos que corren por la mente que dicen cosas como: “No hay nada en esto que valga la pena, déjalo, no sigas”. Algún no-yo con el afán de auto-superación se presenta y dice, “Eres un verdadero desastre, soy un desastre, esto es terrible, no quiero saber estas cosas de mí”—que uno realmente de pronto “debería” hacer un gran cambio en cuanto a todo esto. O tal vez otro dice, “¿De qué sirve? Esto no cambia nada, solo lo está empeorando”. Ahora, todas estas ocurrencias son muy naturales y esto le sucede a todas las personas que emprenden el estudio del ser (el yo) para lograr el autoconocimiento. Todas estas dudas y demás surgen porque uno empieza a descubrir ciertas cosas que no son precisamente agradables y que no están de acuerdo con la vanidad, especialmente a medida que las escribamos y las veamos. Pero esto es esencial y necesario. Lo primero es estar conociendo al ser (el yo) en cuanto a lo que sucede. Estaremos trabajando en conocer (momento a momento) al ser (el yo) para que el ser (el yo) pueda experimentar una transformación. Pero si uno no conoce al ser (el yo), no hay esperanza de una transformación. Uno puede ocultar al ser (el yo), puede mantenerlo cubierto, y cerrar los ojos ante ello, pero aun así destruye. Así que para tenerlo presente, y ser consciente de ello, y prestarle atención, si bien quizá no sea muy agradable en este momento, definitivamente tiene un gran valor. Así que vamos a continuar con nuestro trabajo.
Empezaremos esta semana por terminar la imagen que comenzamos la semana pasada, la imagen del hombre como lo encontramos en su estado condicionado. Teníamos la idea básica de que el propósito de vivir era estar sin perturbación y teníamos cuatro ideas de cómo mejorar al ser (el yo) a fin de convertir en realidad este estado de no perturbación.
1. Quejarse – la primera era quejarse, lo cual no funcionó y no ha funcionado hasta el momento.
2. Exigir Mis Derechos – La segunda era exigir mis derechos, lo que no ha funcionado muy bien.
3. Tratar de complacer – A veces funciona, pero crea un caos interno. Luego vimos a:
4. Uno debe creer y hacer lo que le enseñan las autoridades, ya sea en el periódico, los libros, la televisión, lo que alguien dice, oalguna figura de autoridad que nos podríamos encontrar en nuestros asuntos.
Hemos estado escribiendo en que forma las practicábamos a cada una de ellas. Ahora la próxima decisión que el niño toma:
5. Es importante ser diferente.
En otras palabras, la manera como he llevado las cosas hasta llegar a este estado ha creado un gran conflicto, así que yo debería ser diferente. Por lo tanto, aquí es donde surge el esfuerzo por poner una fachada. Es lo que se tiene que hacer para que la gente me dé su aprobación, me dé atención y para dar una buena imagen y para poder aprobar del ser (el yo). Pero todo esto es en el exterior. No se debe a un estado interior de realmente descubrir, “esta es una manera de comportarse”, y una manera de hacer las cosas”, sino disfrazarse para impresionar a los demás. Esto se ha descrito como el Escriba y el Fariseo—el que pone una fachada. Al tratar de dar la impresión de ser diferente le construimos barreras a estas cuatro [decisiones] que vimos en los días anteriores y no solemos ser conscientes de cómo funcionan. Les damos otros calificativos. No las describimos, tan concisamente, como lo hemos hecho en esta imagen que estamos creando ahora.
Así que tenemos en el lado B, arriba de la que dice COMPLACER a los demás: es importante ser diferente. Esto es, por supuesto, un comportamiento diferente que la persona está probando, pero muy a menudo una de las otras tiene una reacción. Uno tiene una explosión por el mal genio, o tiene una explosión de resentimiento, o tal vez un ataque de celos, o lo que sea, pero seguirán apareciendo. Luego, por supuesto, les damos otros calificativos y tratamos de describirlas de otra manera, así como también aparentar ser diferentes. Pero esto no le trae ninguna paz al ser humano, y el niño, probablemente cuenta con 7 u 8 años de edad en ese momento, así que él toma otra decisión. Quizás él la tome más tarde o más temprano, pero el factor de tiempo no es importante porque, en cualquier caso, nos estamos refiriendo a la persona con todas [las decisiones] ellas en este momento. Aquí en el lado A se le ocurre otra decisión muy sólida, la cual pondremos en el lado opuesto de la que dice que es importante aparentar ser diferente. En esta decisión él ha descubierto que, en realidad, todos los demás tienen la culpa de que él no siempre haya sido diferente. Por lo tanto, dice que lo único que vale la pena aquí es determinar quién tiene la culpa, así que simplemente pondremos CULPAR aquí.
6. Culpar (Es importante que todos los demás sean diferentes). En el lado A.
Ahora, cuando una persona culpa a alguien, lo que intenta hacer es que los demás rectifiquen y hagan lo que deben hacer y luego, por supuesto, “todo me saldría bien a mí”. Y puedo seguir con la ilusión de que soy muy diferente porque no existirá nada que altere la apariencia de ser diferente al ponerme esta mascara en particular o al comportarme de manera diferente. No existirá ningún reto si todo el mundo tan solo fuera diferente. Así que construimos unas cuentas pendientes muy sólidas contra todas las personas que culpamos. Ahora, esta es una idea muy fundamental de la Escuela, que construyamos cuentas pendientes. En otras palabras, hemos establecido quien es el culpable y decimos que la persona me debe una disculpa o me debe por daños y perjuicios o me debe un comportamiento diferente. “Esta”, la idea de la escuela indica, “es la carga que todo ser humano lleva”. Es lo que envejece a la persona. Es lo que gradualmente desintegra a la persona con el paso del tiempo. Un aspecto de ello se debe a las “cuentas pendientes” que tenemos contra todas las personas. Es culpar y que ellos deberían ser diferentes. Por lo tanto, el niño decide que si todo mundo tan solo fuera diferente, entonces yo estaría tan tranquilo, tan complacido y tan feliz, lo más posible. Pero no son diferentes, por lo tanto son los culpables y tienen una deuda conmigo.
Así que además del gran ideal, ahora tenemos las seis ideas de auto-superación básicas: La Imagen del Hombre, cada uno de nosotros, como somos en nuestra vida diaria hasta que nos estudiamos a nosotros mismos y observamos lo que está sucediendo durante un periodo de tiempo considerable. Esta vez no será por tiempo indefinido. Lo haremos por un número razonable de meses, pero no desaparecerá esta noche. Queremos estar conscientes de que está sucediendo.
Ahora agregaremos otras dos hojas de papel para observar. Anota cuando “debería ser diferente”, cada vez que uno advierta que “debería haber sido diferente” o “estoy aparentando algo en particular” o “estoy adornando un poco el cuento”, anótalo. De nuevo, no para las otras personas, sino para uso personal. En el otro lado anotaremos a todas “Las personas que culpo”, y lo que tendrían que hacer para pagar la deuda. Ahora bien, alguna persona, sin duda, te ha pedido disculpas muchas veces. ¿Cerró esto la herida o la sigues intensificando un poco? Recuerda el incidente y observa el tipo de sentimiento que surge dentro de ti. Alguien te engaño y más tarde se disculparon u olvidaron tu cumpleaños o el aniversario o prometieron llevarte a una fiesta y lo olvidaron por completo y no llegaron hasta horas más tarde. Se disculparon y dijeron cuanto lo sentían. Recordemos esos incidentesy veamos si aún existe una sensación muy decidida de que “ellos me la deben, me trataron mal,” un sentimiento de dolor. Ahora tenemos seis hojas de papel que estamos manteniendo al día. No estaremos al tanto de todos los incidentes pero, sin duda, le podemos agregar a ellos un poco cada día, y cada pedacito que agreguemos es saber mucho sobre este condicionamiento que está controlando la existencia propia, y si se puede decir—está destruyendo esa existencia.
En primer lugar, está en conflicto, ¿no es así? A contra B y B contra A. La persona real con voluntad propia ni siquiera existe. Es un mito que leímos, hasta el momento. Tal vez algún día vamos a tener voluntad. Tal vez todo el condicionamiento pueda desaparecer. Pero en este momento solo estamos interesados en estar al tanto del condicionamiento y observarlo en acción. Porque sin tener conciencia de este condicionamiento y de cómo funciona ni siquiera creeríamos que exista.
Por lo general, a cualquiera de nosotros le resulta impactante descubrir lo que realmente está en el interior. Es como si tuviéramos una casa preciosa y de pronto nos enteráramos de que está infestada, casi hasta el punto de la destrucción, por las termitas. Estaríamos muy impactados. Si no nos enteráramos de las termitas, no haríamos nada al respecto hasta que la casa se derrumbara y para entonces sería muy tarde. Si bien quizás veamos todas estas cosas del condicionamiento como termitas y lentamente, pero seguramente, están minando la fuerza del propio ser. Tenemos todos los motivos para observarlas.
Comenzando con un dibujo nuevo, vamos a hablar de las expectativas. Vamos a hacer un dibujo de cómo funcionan las expectativas. Tomaremos una hoja de papel y a lo largo de la misma dibujaremos una línea recta. Escribiremos en esa línea, “Las expectativas basadas en el ideal”. Recuerda que el ideal es recuperar el estadode no perturbación por medio de ganar placer y escapar del dolor en todos los niveles. Queremos el placer de las comodidades físicas, las sensaciones físicas. Queremos el placer de contar con atención favorable, con la aprobación, y de sentirnos importantes y de ser capaz de controlar a otras personas. Queremos evitar el dolor físico, queremos evitar ser ignorados o rechazados, queremos evitar la desaprobación, y evitar la sensación de inferioridad porque las cosas no suceden como yo quiero. La gente simplemente no hace lo que yo quiero. Por lo tanto, ahora tenemos expectativas basadas en el ideal, la primera decisión (la decisión maestra o propósito primario), la que coloreamos, en la imagen del hombre como es en su estado condicionado.
Ahora bien, todo lo que hacemos se basa en una expectativa. No iniciaríamos nada a no ser que sintiéramos que es verdad y tendría valor. Por lo tanto, es una expectativa que va a funcionar de la manera que lo vemos. Por supuesto, lo que tiene valor para nosotros en el estado condicionado es estar sin perturbación, y lo [que consideramos] que es verdad es que esta acción lo hará realidad ya sea cualquiera de las seis decisiones o algo más en nuestros asuntos cotidianos. No colocaríamos una llave en una cerradura, a no ser que tuviéramos la expectativa de que abriría. No saldríamos y nos subiríamos al automóvil a no ser que tuviéramos la expectativa de que el automóvil encendería y marcharía. No pondríamos los ingredientes en un sartén para cocinar a no ser que tuviéramos la expectativa de que se cocinarían y de que alguien se los comería y los disfrutaría, etc. También tenemos la expectativa de que cada pensamiento de gratificación que tenemos se cumplirá. Tenemos la expectativa de que si nos quejamos todo el mundo accederá y hará lo que queremos. Tenemos la expectativa de que si exigimos nuestros derechos que todo el mundo verá cuales son nuestros derechos y nos los cederán. Sin embargo, no suele suceder de esta manera y por lo general no somos conscientes de la expectativa. Así que seamos conscientes de las expectativas. Escribamos en una hoja de papel, “Estas son mis expectativas” y “Se basan en”. Veremos cómo muchas de ellas se basan en el ideal de que el único propósito de vivir es estar sin perturbación. Ahora, habrá otras que se basan en los eventos reales de la existencia diaria que no están relacionadas con nuestro estado interior, tales como: la puerta abrirá cuando le coloque la llave. El coche encenderá cuando le de vuelta a la llave. La estufa se calentará cuando la encienda. La máquina de sumar funcionará correctamente, etc.
Pero querremos mantenernos al día en cuanto a ellas. “Tengo la expectativa de... ” Entonces nos daremos cuenta de que en muchos aspectos de nuestras relaciones interpersonales uno se desilusiona porque tenía la expectativa basada en el ideal. Ese era el ideal—que todos son plenamente conscientes, que saben lo que es correcto, apropiado y justificable, pero siguen y hacen lo incorrecto. Sin embargo, tenemos la expectativa de que todos saben lo que quiero, lo que es bueno y por qué puse valor en ello y se comportarán como corresponde. Así que vamos a encontrar muchas desilusiones. Vamos a poner en nuestra hoja por debajo de las expectativas, “Mis desilusiones”. Anotaremos todas las ocasiones en que nos desilusionamos esta semana y las siguientes semanas. Vamos a hacer una búsqueda en lo que respecta a nuestras desilusiones hasta que comencemos a observarlas. Cuando nos desilusionemos, veamos que ideal teníamos en mente. Ahora tal vez el ideal era que en cierta relación interpersonal una persona recordaría mi cumpleaños, pero ellos tienen otras cosas que hacer, y lo olvidan. Nos desilusionamos y decidimos que ellos me ignoraron deliberadamente.
Esto es ser ignorado o rechazado, y es doloroso. Ahora cuando uno se desilusiona, se siente herido. Por lo tanto, tendrás sentimientos de dolor o un sentimiento de ser ignorado o rechazado o desaprobado. Por lo tanto, vamos a escribir otro pequeño título que dice, “Heridas”. Tenemos “Mis desilusiones” y “Heridas”. Luego de sentirnos heridos siempre buscamos “Culpar” cuando estamos condicionados. Vamos a anotar, “A que o a quien culpo por mis desilusiones y heridas”. Ahora, vamos a descubrir que este es el momento en que surge la cólera, la culpabilidad, el miedo, la inseguridad o inferioridad. Por lo tanto, simplemente haremos unas marcas en las mismas a medida que recorramos la línea. Ahora vamos hasta el final de la hoja. Empezamos con una línea que dice, “Las expectativas basadas en el ideal”, luego están las “Desilusiones”. En seguida una pequeña flecha hacia abajo que nos lleva a “Herido”, y otra pequeña flecha hacia abajo que es, “Buscar a que o a quien culpar” y otra pequeña flecha más abajo que es: “Cólera, Culpabilidad, Miedo, Inseguridad”. Ahora bien, esto es un pequeño diagrama del funcionamiento interior del ser (el yo) —de la conciencia condicionada. Queremos ser conscientes de su función y de cómo trabaja. No estamos tratando de “cambiarlo”, estamos tratando de “familiarizarnos con él”. Vamos a empezar a notar la acumulación, el número de veces que sentimos cólera. Es posible que sean muy pocas, que sean varias, o que sean escasas. Algunas intensas, algunas sin fuerza y algunas que sólo se les puede llamar “molestia”. Algunas veces nos sentimos enloquecidos”, pero tendremos esta serie de números. Tendremos las [emociones] de “cólera”, “culpabilidad”, que en realidad es arrepentimiento, “ojalá no lo hubiera hecho” o “no debería haberlo hecho”, etc. El miedo está presente cuando sentimos que algo no está bien, pero no sabemos a qué atribuirlo (a quien culpar), sólo es algo. La inseguridad se trata de la incapacidad de controlar la situación.
Bajo estas cuatro [emociones] y sus múltiples marcas dibujaremos una V amplia y escribiremos la palabra “Estrés”. El Estrés es a lo que reacciona el cuerpo. Una quemadura es estrés, un cambio repentino de temperatura es estrés, algo pesado que repentinamente cae sobre ti o un golpe de un coche por detrás es estrés. Lo que a nosotros nos interesa es el estrés interior, lo que se origina por el estado interior al tener una desilusión porque la expectativa del ideal no se realizó. El estrés es un estado de desequilibrio químico y de tensión neuromuscular. Cada vez que nos enojamos, nos sentimos culpables, sentimos miedo, o sentimos inseguridad le estamos diciendo a X que nos encontramos en una situación de emergencia. X envía el mensaje para cargar el cuerpo con una enorme cantidad de energía mediante el uso de varias hormonas de las glándulas de secreción interna–adrenalina, tiroxina, extracto de pituitaria y una carga enorme de glucógeno del hígado para ser utilizado como combustible. Por consiguiente, uno está cargado para un estado de emergencia, un reto físico violento. Pero no existe ningún reto físico violento. Solamente existe un sentimiento de estar heridos porque nos desilusionamos por algo que sentíamos que era el ideal que me daría comodidad y el estado de no perturbación de alguna forma u otra.
Así que ahora tenemos un desequilibrio químico y tensión neuromuscular. Se ha pasado de lo psicológico a lo fisiológico. Esto, por supuesto, requiere de una adaptación. No podemos continuar en este estado en el que el cuerpo está plenamente cargado de energía para pelear o huir y como ninguna pelea o huida se llevan a cabo—X inicia una adaptación para restaurar el equilibrio químico para el tiempo, el lugar y la circunstancia actual y presente.
Estoy sentado en el interior de una habitación de temperatura agradable en un diván suave y no hay violencia física a la vista, pero por dentro hay una agitación violenta, y a veces una acumulación de la misma. De manera que esta adaptación adopta una de dos formas:
1. La Actividad Celular Inusual es la más común. Un grupo de células empiezan a hacer algo que comúnmente no hacen con el fin de utilizar esta energía movilizada y detenida, la cual se debe al desequilibrio químico y a la tensión neuromuscular que provienen de las emociones—cólera, culpabilidad, miedo, etc., en otras palabras, por estar en un estado de emergencia.
La Actividad Celular Inusual se conoce como un cambio en la función, por lo que algún aspecto del cuerpo empieza a funcionar diferente. En el momento en que empieza a funcionar de diferente manera, siempre hay un cambio de sensación. Cualquier cambio de sensación fuera de lo usual se llama dolor, inflamación, entumecimiento, adolorido, calambres, etc. Entonces, por supuesto, esto se convierte en una emergencia porque tuve una desilusión, de repente me siento mal, me siento herido, adolorido, me siento incómodo físicamente, y empiezo a buscar la causa. Causa realmente significa culpa. Por lo tanto, ¿a qué situación o a quién culpo por esta sensación, por este cambio de funcionamiento que estoy experimentando? Debe ser la gripe, debe ser cáncer o puede ser tuberculosis. No se sabe qué, pero es algo malo”. Hoy en día probablemente se diagnosticaría como hipoglicemia—está de moda en estos tiempos. Es una palabra que suena aterradora, así que probablemente es terrible, pero en realidad significa casi lo mismo que si te dijeran que tuviste antepasados. Sin embargo, es atemorizante, y por lo tanto se aporta más energía—a la que se debe adaptar, por lo que más células se involucran en ello. Hay aún más cambios en el funcionamiento y más sensaciones. Y si esto se mantiene el tiempo suficiente estas células de tejido que están involucradas en la actividad celular inusual se deterioran o se alteran de una forma u otra—al igual que un callo en la mano debido al estrés de la fricción. Mientras que la fricción se prolongue, habrá un cambio en el tejido. Si la fricción cesa el callo desaparece en poco tiempo.
Así que uno tiene una discapacidad física—una adaptación física, realmente, y es una adaptación perfectamente normal a cierto nivel de estrés. Es la forma en la que X restaura al cuerpo a un estado de salud. Es una función inusual, una sensación inusual y un deterioro y alteración celular de tejido. Si uno lo entiende y no se altera, esto concluye muy rápidamente. Si uno no lo entiende, y se altera por los síntomas, sigue y sigue. Crónicamente, porque hay un ciclo continuo de preocupación sobre los síntomas, de sentirse atemorizado por ellos, lo cual incrementa el desequilibrio químico o tensión neuromuscular, y esto requiere de más adaptación de la actividad celular inusual, sensación inusual, y alteración o deterioro celular de tejido. Por lo que, en realidad, uno podría decir que el tener expectativas basadas en el ideal, lo cual es una ilusión, es la lucha por alcanzar la ilusión, lo cual es el factor desintegrante en el hombre—la lucha por alcanzar una ilusión, la ilusión de que existe un ideal en el que yo podría existir por algunos medios sin tener ninguna perturbación, en absoluto.
1. La otra forma de adaptarse es mediante un comportamiento inusual. Uno entra en un desenfreno, uno se va de juerga, uno se emborracha, y uno hace un berrinche exagerado. En casos extremos, la gente mata desenfrenadamente, roba desenfrenadamente, se droga desenfrenadamente, etc.
Ahora, para hacer algo muy práctico y hermoso: Anotar cuando uno tiene la cólera, la culpabilidad, el miedo, la inseguridad, y anotar la fecha. Luego observar lo que ocurre dentro de 72 horas. Por lo general, la adaptación no ocurre de inmediato. Si así fuera todos nos habríamos percatado desde hace mucho tiempo. Ya nos hemos calmado de la cólera, el miedo, la culpabilidad, pero no tenemos el síntoma, porque X se toma un poco de tiempo para notar que el cuerpo está en un estado de desequilibrio químico y para ver si vas a hacer algo y utilizar la energía. Si no lo haces entonces él tiene que adaptarse a ella para disipar esa energía detenida. Por lo tanto, los síntomas se presentan dentro de 12 a 72 horas más tarde. En algún punto entre el momento en que se produjo la cólera, la culpabilidad, el miedo, la inseguridad, y el momento de la adaptación de la actividad celular inusual y las sensaciones inusuales o, posiblemente, un aumento en la severidad de un viejo ciclo crónico de adaptación, en algún punto entre 1 y 72 horas.
Con lo cual lleva un registro y vamos a empezar a entender los síntomas. Anotar, “Que síntomas tuve entre 1 hora y 72 horas”, luego de que se hacen esas pequeñas marcas bajo la cólera, la culpabilidad, el miedo y la inseguridad. A medida que entiendas esto y veas la relación, empezarás a darte cuenta de que todos los síntomas son adaptaciones normales, la forma en la que X restaura al cuerpo a un estado de salud, al equilibrio químico, a un tono natural en vez de un estado de estrés. X alivia el estrés. Si uno ve esto, lo entiende y está agradecido por la adaptación, encontrarás que todos los síntomas desaparecen muy rápidamente. Mantén un registro y entenderás y dejarás de alarmarte por los síntomas. Estarás agradecido por ellos porque verás que son la expresión de un espíritu amoroso de restaurar a su cuerpo a un funcionamiento normal, usual, y creativo en el que uno realmente no es consciente del cuerpo, solo que es un instrumento grandioso, valioso y bello.
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