Harmony Workshop

Lección 6

Harmony Workshop

Hemos estado observando cómo funciona X, cómo funciona Yo, cómo funciona el cuerpo. Hoy empezaremos la tarea que realizaremos por mucho tiempo, una de las tareas más interesantes que alguien alguna vez haya asumido: la de desidentificarse del ser, de los no-yos, de Juan o María, según el caso. La palabra que se utilizaba para la desidentificación en tiempos antiguos era renunciar o deshacerse, en otras palabras, dejar de poseer. Si uno renuncia al ser (el yo), deja de reclamarlo. Desidentificarse es dejar de reclamar, dejar de tratar como si fuera Yo, renunciar a él, ya no existe. Otra palabra que se utilizaba era negar. Por lo tanto, niego que Juan es Yo. Juan es una fracción de condicionamiento, un grupo entero de lo condicionado que compone una personalidad. Ahora bien, la personalidad en su totalidad, los muchos yos, o el aspecto del ser (el yo) o el condicionamiento que compone una personalidad está al servicio de los cuatro impulsos básicos duales, a los que en alguna literatura se les llama, “mamón”—el impulso de lograr placer y comodidad, de escapar de cualquier dolor, de llamar la atención, de evitar ser ignorado o rechazado, de lograr aprobación y escapar de la desaprobación, de lograr sentirse importante y el control sobre otras personas, y escapar la sensación de inferioridad o incapacidad de controlar a los demás.

La personalidad se describe, en algún material, como los escribas y los fariseos. Que están decididos a obtener la atención favorable de los hombres, a ganar su aprobación por su comportamiento piadoso, y creer y hacer lo que les dictaron las autoridades, la ley. Por supuesto, el lado A de esa situación, el que quiere quejarse para salirse con la suya, exigir sus derechos y culpar, se llamaba Gentiles. Pero todo ello compone la personalidad y hay dos aspectos de la misma y están en guerra entre sí. Hay un enemigo interior del enemigo interior.

Ahora Yo no se identifica con los escribas y fariseos ni con los gentiles; renuncia a ambos. Se desidentifica de ellos y simplemente reporta lo que está sucediendo en esa cosa llamada personalidad. Ahora está sirviendo a X, lo cual es su naturaleza. Es la función de la conciencia de X y está siendo obediente a su naturaleza de proporcionar información exacta a X en cuanto a lo que está sucediendo. Por ahora, la casa ha sido tomada por usurpadores y la primera tarea de Yo es observar a los usurpadores, reportarlos a X, y X se encargará de dejarlos inoperantes o eliminarlos o lo que sea. Sin embargo, uno notará que cuando algo realmente se observa y se reporta a X, una o dos veces, que entonces no vuelve a ver otra vez a ese no-yo en particular. Otro tomará su lugar y será tan efectivo en su esfuerzo de servir a Mamón, pero irán disminuyendo, todos los que uno observa.

Antes de que uno asuma esta tarea de la desidentificación, lo cual parece algo extraño, algo diferente a cualquier cosa que jamás hayamos hecho, lo primero que uno hace, por supuesto, es cuestionar el propósito de vivir. Mientras que aceptemos, demos por hecho que el propósito de vivir es ganar placer y escapar del dolor en todos los niveles, obtener atención y aprobación, sentirse importante, poder controlar y manipular a los demás por cualquier medio que utilicemos, evitar ser ignorados o rechazados o al menos encontrar una excelente justificación que indique que son unos estúpidos si lo hicieron, siempre evitar la desaprobación o justificar que la persona que llevo a cabo la desaprobación me estaba acosando, no estaba viendo las cosas claramente, etc., y la sensación de inferioridad, mientras nos identifiquemos con ello, Yo está hipnotizado, está sirviendo a mamón, porque todos ellos son un esfuerzo por alimentarlos. Sin importar lo que suceda, significa servir a mamón. 

Por lo tanto, desidentificarse es renunciar, negar que es Yo, el Ser (con mayúscula). Es deshacerse de ello y verlo como objeto. Ahora, mientras tengamos como propósito de vivir el no ser perturbado, lo de mamón, dependemos de todo lo que lo ofrece, independientemente de si se trata del comunismo, de alguna otra ideología, de una persona mediante la cual obtengo un poco de placer. Si dependo de ese placer, entonces dependo de esa persona, y debo estar en guardia y alerta y “yo” me sentiré celoso si le prestan atención a alguien más. “Yo” tendré miedo, no sea que “yo” pierda esa fuente de atención agradable y es probable que haya violencia. El hombre interior se encuentra en un estado de violencia mientras Yo esté hipnotizado por los no-yos y esté dormido. Mientras Yo se mantenga al margen y se convierta en observador, se desidentifique, niegue al ser (el yo), renuncie al ser (el yo), y empiece a reportar a X lo que está sucediendo en ese ser, lo que está sucediendo en esa casa que realmente le pertenecía legítimamente, pero ahora fue desplazado porque ellos se apoderaron, entonces uno está reportando a X y obedeciendo a su propia naturaleza. Es la obediencia más grande que existe. Sin obediencia a su propia naturaleza, uno está identificado y desobedeciendo a su propia naturaleza porque está sirviendo a mamón y depende de cada sugestión que le ofrezca placer y comodidad o amenace con dolor. 

Ahora bien, las cosas a las que uno renuncia, por supuesto, se llaman riquezas, posesiones. Ahora vamos a hablar, no de la casa, no del automóvil, no de la propiedad y la cuenta bancaria que el ser (el yo) posee y dejaremos que posea esas cosas, pero vamos a observar que posee opiniones a las que les da un significativo muy alto y considera que “mis opiniones siempre están correctas, las de los demás siempre están equivocadas”, y que “yo” debo defender esas opiniones. Es probable que hayas observado que un considerable grado de violencia se reporta a X, una gran emergencia y X prepara tremendas cantidades de energía para defender una mera opinión que puede o no tener validez alguna y que no hay manera de examinar. Las ideas que uno ha acumulado aquí y allá son grandes posesiones, grandes riquezas para el ser (el yo) condicionado. Por lo tanto, Yo observa a Juan defendiendo opiniones, reclamando opiniones, reclamando ideas como “suyas”. Con frecuencia él dice que alguien le robó su idea porque alguien más estaba haciendo algo similar. Se siente muy ofendido y exige su derecho a la posesión exclusiva o por lo menos el crédito o el honor de esa idea.

Asimismo, el reclama pensamientos, por lo que Juan afirma, “Mis pensamientos”. Yo observo a Juan reclamar pensamientos y Yo puedo observar los pensamientos de Juan. Quizás no pueda observar los de alguien más, pero puedo observar los pensamientos de Juan porque se me asigna observar a este terrícola, este ser (el yo), y Yo observo esos pensamientos. Observo que A expone un pensamiento, luego B expone un pensamiento contrario y a esto se le llama “pensar”. Básicamente los pensamientos se originan por las asociaciones—que oprimen un botón. A Juan le restregó la cara en el césped Bermuda y golpeó un vecino cuando tenía cinco años. Hoy en día es alérgico al césped bermuda, porque cada vez que pasa por el césped bermuda está a punto de recordar a ese chico que le restregó la cara en el césped. Él tiene una gran cuenta pendiente contra el niño, por lo que comienza a llorar y estornudar y sentirse maltratado y se dice que es alérgico al césped bermuda.

Es muy interesante observar los pensamientos porque se originan por asociación, y cuando se origina uno en asociación con A, B expresa uno que opone resistencia. La persona dice: “Voy a hacer esto”, de A. Entonces B dice: “Sí, pero, esto podría suceder si lo haces”. Y entonces A empieza a formar otra idea, ya que tendría otro pensamiento y luego B dice: “Sí, pero”. O B origina una idea de que vamos a hacer mucho bien y ganar mucha atención al dar mil dólares a los Niños Exploradores. A dice: “Sí, pero si lo haces no podremos adquirir la lancha y si deseamos tener la lancha”. B dice: “Sí, pero si adquirimos la lancha no podremos dar los mil dólares y alguien podría decir que simplemente nos estábamos exhibiendo”. A dice, “Pero no sería exhibirse, proporcionaríamos algo para que la familia lo pueda disfrutar y lo adquiriría exclusivamente para la familia”. Podemos escuchar las justificaciones, por lo que observaré los pensamientos. Los pensamientos de A, los pensamientos de B, y la contienda incesante que resulta entre ellos hasta que uno puede dominar al otro y hablar en el nombre de Yo para reportar a X.

Cuando Yo está observando lo que está sucediendo sus argumentos son interceptados por Yo. Yo es ahora el mediador entre el ser (el yo) y X. Antes, Yo estaba hipnotizado y el ser (el yo) estaba hablando directamente con X en nombre de Yo. Ahora Yo está haciendo su trabajo y es el mediador que filtra todo el material que el ser (el yo) está parloteando. Por lo que las cosas empiezan a ser totalmente diferentes. El ser (el yo) ya no puede reportar directamente a X porque Yo ha despertado de su sueño hipnótico y se ha levantado de entre las ideas muertas y ahora está reportando lo que está sucediendo en el ser (el yo). Reporta lo que “yo” considera como su tesoro y donde “yo” pone constantemente su atención, el “yo” falso. La atención del ser, del “yo” falso, está puesta totalmente en el tesoro de los cuatro impulsos básicos duales. Lo considera a ello como el gran tesoro e incesablemente intenta ganarlo. Utiliza cada contienda de ambos, de A y B para conseguirlo. El ser (el yo) está siempre implicado en guerras y nunca gana el estado en el que no hay perturbación. Siempre lo aguarda en el futuro. 

Pero a medida que Yo, el observador real, comienza a observar esto, uno se da cuenta de que los cuatro impulsos básicos duales son una falacia, una ilusión—que la lucha con relación a esa ilusión es el factor de desintegración que ha conducido al hombre a un estado desintegrado en el que pelea entre sí en guerras en la jungla, a odiarse entre sí, a reñir constantemente y que en el interior existe una guerra entre A y B. Su mundo exterior es simplemente una expresión exterior, en la sociedad, del estado interior de cada individuo. Uno ve que mientras uno se identifica con los no-yos que está provocando todas las cosas que los no-yos dicen no querer. Quieren placer y comodidad, pero están haciendo todo lo posible para provocar la discordia. Quieren atención, pero hacen todo lo posible para que uno sea ignorado. A medida que uno lo observa tiene un cambio completo de valores. No empezaremos a trabajar en los valores todavía. Yo se limita a observar las acciones del ser (el yo), al gran número de no-yos, a todos los fragmentos de condicionamiento. Uno está observando la personalidad. A medida que se observa, ella se vuelve un tanto pasiva. Es un objeto bajo observación. Es una “cosa” que está siendo observada, tanto como uno lo haría a través de un microscopio y observaría las bacterias en una diapositiva. Es puramente un objeto o una cosa.

Ahora bien, este es el principio del conocimiento del ser (el yo). El comienzo de la CONOCIMIENTO DE SI MISMO es el principio de la CONCIENCIA OBJETIVA. Ahora todos nuestros días hemos estado sujetos a todo lo que sucedía. Lo consideramos el ser; “yo” era el sujeto y “¿De qué manera me afectó esto?”

Ahora, a medida que observo a los no-yos, observo a Juan, lo observaré construyendo cuentas pendientes contra María y contra casi todas las personas que conoce. El construirá cuentas pendientes contra el gobierno, contra alguien que escuche hablar en público que se oponga a sus ideas y que sienta que de alguna manera son una amenaza para él. Yo observaré a Juan dejándose llevar por la autocompasión por algo que sucedió hace mucho tiempo y porque “yo” fui maltratado hoy. Alguien no le prestó atención a Juan. Alguien no le dio su aprobación cuando sintió que tenía derecho a ella. Simuló muy bien, hizo un teatro como un escriba o fariseo, pero realmente nadie lo elogió por ello; él se siente terriblemente desilusionado.

Yo observo a María. Yo observo que María está muy molesta porque nadie se dio cuenta de su vestido nuevo. Ahora bien, Yo no poseo un vestido y Yo no poseo a María. Yo está observando a María, pero María posee un vestido. María tiene un vestido nuevo y está muy bonito según María y, posiblemente, según los demás. Pero nadie se dio cuenta y le hizo un cumplido, o le dio su aprobación o prestó atención y ella está muy molesta. Ahora todo esto ya no le llega a X porque Yo lo está observando. 

María cuida a los niños, “sus” niños, por favor. Yo observo a María sintiendo que los niños están obligados con respecto a ella porque los alimentó y vistió hoy. Ella lavó su ropa y ellos deben estar obligados con respecto a ella y hacer lo que ella quiere cuando ella lo quiere. Quizá observe a María haciendo que los niños se sientan culpables, es un excelente medio de controlar. Si ella no tiene el control, se siente inferior. Si tiene el control, ella se siente muy bien; en ese momento tiene el poder, ella es importante. Los niños la admiran y se sienten obligados con respecto a ella. Quizá Yo observe que María está haciendo que Juan se sienta obligado porque ella cocinó una buena cena o porque limpió la casa muy bien. Si Juan no se fija en estas cosas, ¡pobre de Juan! 

Por lo que Yo observa el juego que se desarrolla en los fragmentos de condicionamiento. Es como si uno estuviera sobre una casa, mirando hacia el interior de la casa y la casa no tuviera techo o tuviera un techo transparente y se pudiera ver todo lo que estuviera pasando en esa casa. Tal vez algunos niños están en el baño haciendo un desastre. La mamá está en la cocina cocinando. Otro está tratando de ganar un poco de aprobación en alguna parte pintando un cuadro, haciendo una obra de arte o lo que sea. Yo está observando una casa llena de no-yos, de los cuales aproximadamente la mitad se oponen y tratan de deshacer las intenciones de la otra mitad.

Una mitad está sirviendo a mamón quejándose, exigiendo sus derechos y culpando. La otra mitad está tratando de servir a mamón al tratar de complacer a todo mundo, al creer y hacer lo que les dictan sus autoridades. Citan libros y dicen, “Tú sabes que esto es lo que debes hacer” y “Esto es absolutamente necesario”. Ellos tratan de complacer a mamón, ganar a mamón y servir a mamón dando la impresión de ser diferentes. Se está desarrollando una guerra. Esto se llama conflicto. Se llama lucha. Se llama resistencia. Yo los observa y no intenta detenerlos, pero se limita a observar y reportar a X lo que está sucediendo en esta casa.

Este grupo de no-yos realmente forma dos naciones, los gentiles y los judíos. Los judíos viven conforme a la ley, complacen a todo el mundo, creen y hacen lo que les dictan sus autoridades y fingen ser diferentes. Los gentiles dicen, “Al diablo con todo eso, es importante salirme con la mía, ¡ahora! y la forma de hacerlo es quejarse”. Por lo que voy a hacer una manifestación en la calle. Voy a convocar una reunión de protesta—que es una forma de quejarse. Exigiré mis derechos para hacer lo que yo quiero por medio de cualquier tipo concebible de violencia que pueda surgir. Me aseguraré de describir quién tiene la culpa. Por lo que realmente estamos observando a las personas, como también estamos observando a los no-yos porque realmente son personas.

Por lo tanto, vamos a hacer un cuadro de los no-yos que hemos observado en el ser (el yo) y llevaremos un pequeño registro actualizado de los mismos. Ahora bien, si olvidamos hacerlo, lo vamos a recordar mediante las noticias de reuniones de protesta, de personas exigiendo sus derechos y todo lo que se pueda escuchar en lo que se refiere a culpar mientras ves las noticias. Verás cómo muchas personas son culpadas por las dificultades de los demás. Alguien va a culpar a alguien más por la contaminación, por el aumento de precios o la inflación. Alguien va a culpar a alguien más por iniciar una guerra o por no detenerla. Esto será un recordatorio de que algo semejante está sucediendo en el interior y tal vez haga despertar a Yo. Ahora, hemos dicho que muy a menudo Yo se tomará una siesta, pero cada pequeña sacudida tenderá a despertar a Yo y hacer que vuelva al trabajo de observar a los no-yos, el ser (el yo), a Juan o María.

A medida que uno lo observa encontrará que se hace una limpieza de los numerosos no-yos. Yo comienza a pensar que es bastante gracioso que todos estos no-yos estén tan ocupados sirviendo a un ideal llamado mamón. Que en lugar de experimentar la existencia diaria y vivir y experimentar un estado de ser más consciente, que sin saberlo, todos y cada uno están tratando de servir un ideal de no ser perturbados—de lograr placer, lograr atención, aprobación e importancia, estar muy molestos si son ignorados o rechazados o tienen algún dolor o desaprobación o si no son capaces de lograr que los demás hagan lo que ellos quieren, cuando lo quieren.

Por lo tanto lleva un registro, Yo observé a este no-yo haciendo esto y lo otro. Se hace para mantener despierto a Yo. El registro, al estar en casa, le recordará a Yo que vuelva a su trabajo. Yo está muy débil. Ha sido hipnotizado a solo unos cuantos momentos del nacimiento y, por supuesto, no se ha desarrollado. Ha permanecido débil y pequeño mientras que la personalidad ha asumido el control y ha llegado a ser muy poderosa. A medida que uno observa esta personalidad que está sirviendo a mamón, un lado de ella tiene VANIDAD, tiene una bella imagen de sí misma de santa, recta, digna y maravillosa, y el ORGULLO está en el otro lado defendiendo esa imagen. Es en la única parte en que cooperan. El orgullo defiende a la vanidad; la vanidad es del lado B y el orgullo es del lado A.

Por lo tanto, vamos a observar el orgullo y la vanidad. Asimismo, vamos a observar este ser (el yo), que cuando si logra un poco de atención, aprobación o un enorme placer o aprobación, sin importar lo afortunado que fuera desde el punto de vista de otra persona, muy pronto la avaricia hace que quiera más, mejor y diferente. Este es el truco de mamón, los cuatro impulsos básicos duales. No importa lo mucho que reciban, nunca están completamente satisfechos a excepción de unos cuantos minutos y luego la avaricia dice, “más, mejor y diferente”. Esta semana, en particular, vamos a observar exclusivamente a la avaricia, y al mismo tiempo observar a los no-yos. Vamos a ver que cuando hay una gratificación de los sentidos, la gratificación del impulso de llamar la atención y lograr aprobación, poder, importancia, del impulso del poder, el sentido de importancia, que nunca es suficiente; y que muy pronto mamón dice, “Esto no es suficiente, hay que lograr más, mejor, diferente o hacer que no lo den por alguna otra razón”. A medida que observamos esto vamos a ver que una gran cantidad de no-yos no aparecerán de nuevo durante unos días. Por lo que vamos a observar. No vamos a condenarlos ni justificarlos. Observamos y registramos los no-yos que he observado este día y cada día, mantendremos una lista actualizada de los mismos. Uno o dos te parecerá que son el mismo, pero son excelentes artistas de disfraces, por lo que el que estaba tratando de complacer a las personas, quizás no parezca que ha desaparecido. Todo el revoltijo de complacientes no desaparecerá, ya que hay muchas maneras de complacer y cada uno de ellas es un “yo” separado.

RECUERDA que cada fragmento de condicionamiento se convirtió en un “yo” separado. Por lo tanto, un “yo” complacía al sonreír, otro “yo” complacía al servir a alguien, otro “yo” complacía al hacer cumplidos, otro hacia favores de varios y diversos tipos. Así que hay muchos no-yos complacientes. Hay muchos no-yos que quieren ser diferentes. Tienen muchas maneras de ser diferentes; casi todo lo que se ha escuchado con respecto a los cumplidos a través del tiempo, un no-yo salta y dice, “Ese soy yo,” y pone en práctica su “yo”. Hay muchos no-yos autoritarios. Hay muchos no-yos quejumbrosos. Hay muchos no-yos beligerantes que reclaman sus derechos, y oh qué multitud de no-yos que culpan. Vamos a observar y notaremos que las termitas dejan de ser tan abundantes.

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