Harmony Workshop

Lección 11

Harmony Workshop

Dos ideas que con frecuencia se utilizan en la Enseñanza son “lo que es”, se trata de lo que uno ve como un hecho; la otra idea que con frecuencia se utiliza “lo que debería ser”, o el ideal, se trata de lo que uno ve como bueno. Ahora, con frecuencia uno ve un hecho y decide que no es bueno, que no tiene valor y, por supuesto, en ese momento comienza la lucha para cambiar lo que es en algo que uno vería como bueno o ideal o lo que debería ser. Por supuesto, esto se trata de conflicto, lucha y resistencia. 

Ahora, la Enseñanza indica que lo que es tiene un valor. Ahora, para poder ver ese valor uno podría ver que el ser (el yo) tiene muchos ideales o muchas ideas de lo que debería ser o muchas ideas de lo que es bueno o tiene valor. A no ser que las dos cosas, lo que es y su valor se vean bajo la misma luz, uno no ha visto la Verdad. Un hecho no es lo que se conoce como la verdad. Es una situación verdadera, puede ser verdad lo que uno ve, pero no se considera Verdad con mayúscula. Verdad con mayúscula significa que uno ve lo que es y el valor de lo que es. Y esto, por supuesto, significa el final del conflicto, la lucha y la resistencia, porque cuando uno ve lo que es y al instante ve su valor, X actúa sobre ello. Pero mientras uno ve lo que es, como un hecho, y el ser (el yo) sugiere que no es bueno, que lo que es debería ser diferente, en ese momento surge la lucha, el conflicto y la resistencia.

Supongamos que hoy comenzamos a escribir en dos hojas de papel, una se encabezará, “Lo Qué Es”, y la otra, “Lo Que Debería Ser”. Ahora, vamos a ver muchas cosas que en este momento son “lo que es”, hechos, pero no vemos que ese hecho tiene un valor. Podríamos considerarlo como algo que tiene un valor muy negativo, una desventaja, algo malo. En seguida vamos a ver que el ser (el yo) comienza a trabajar en ese “lo que es” a lo que debería ser. Bajo “Lo Que Debería Ser” escribe lo que consideraríamos que sería bueno. En otras palabras, lo que debería ser se considera una ilusión de lo que es bueno. No hemos visto que hay de bueno en lo que es.

A un niño en la escuela se le asigna una tarea y él no quiere hacer la tarea. Ahora, él es consciente de lo que es, pero él no lo considera como algo bueno, por lo que lo pospone, se inquieta, se queja; hace todo tipo de protestas, dice que es imposible, que el maestro es un viejo gruñón por haberle dejado la tarea. Otro niño puede considerar a la tarea como algo que si vale la pena, como algo que tiene un valor para dominar cualquier tema de la tarea en cuestión. El mostrará interés en hacer la tarea y rápidamente termina la tarea. Él obtiene un una gran sensación de satisfacción. X operó sobre la tarea porque se consideró, por supuesto, como lo que es, en lo que ambos estuvieron de acuerdo, y es muy difícil rebatir un hecho. Pero es muy fácil estar en desacuerdo con respecto al valor de ese hecho y por lo tanto llegar a la Verdad.

Ahora bajo “Lo Que Debería Ser” y “Lo Que Debe Ser”, vamos a escribir muchas de las cosas que creemos que serían buenas. Lo primero que probablemente creemos que sería bueno es que yo debería estar siempre cómodo. Posiblemente, el hecho, lo que es, es que uno no está cómodo. Ahora, esto tiene un valor porque el hecho de estar incómodo es una señal de que uno está luchando por alcanzar una ilusión, que uno está bajo algún tipo de estrés. Hay cuatro maneras posibles de estar bajo estrés.

1. Por el medio ambiente. Hay cambios repentinos en la temperatura. Hay sacudidas, temblores y caídas, hay toxicidad en el aire o lo que sea o varias sustancias se convierten en toxicidad si entran al cuerpo. Si uno se encuentra en un estado de incomodidad, ello indica que uno está bajo algún tipo de estrés y en seguida puede averiguar de qué tipo.

2. Por el sentimiento interior, lo cual representa aproximadamente el 97% del estrés.

3. Alimentación inadecuada. Uno no está comiendo ni proveyendo los alimentos que requiere el cuerpo o considerando como buenos los alimentos que se requieren para el cuerpo.

4. Actividad inusual. Considerar como deseable algún tipo de actividad repentina estresante como esquiar o escalar montañas, después de haber estado sentado frente a un escritorio durante muchos meses. Uno encontraría que esto traería consigo algún tipo de dolor, malestar o sufrimiento.

Sin embargo, hemos sido condicionados. El ser (el yo) ve toda incomodidad como algo malo y no ve que tiene valor y comienza a buscar una manera de alcanzar el ideal de lo que debería ser. Por lo que uno consume drogas o utiliza muchos otros métodos para volverse insensible y no recibir la señal. Uno sólo está interesado en lo que percibe como bueno. Ahora, al comenzar a observar el ser (el yo), Yo observo el ser (el yo), uno de los ámbitos más valiosos es ver lo que el ser (el yo) ha considerado que es bueno. Hemos visto que considera que es bueno no ser perturbado en lo absoluto físicamente. Que llamar la atención se ve como algo bueno. Ahora, uno puede llamar la atención al conducir por las calle a una velocidad excesiva o haciendo cosas inusuales, tales como pararse en la esquina y comerse un pedazo de carbón, uno va a llamar la atención. Uno puede obtener la aprobación de ciertas personas al estar de acuerdo con ellas, que puede o no ser en beneficio propio. Uno puede obtener aprobación al realizar actos muy atrevidos, al realizar hazañas muy inusuales o intentar llevarlas a cabo para demostrar que no es un cobarde, que es valiente, y, a veces, vemos que las personas realizan acciones muy insensatas al tratar de obtener atención y aprobación.

Uno puede sentirse importante al tratar con prepotencia a otras personas, al obtener control sobre los demás de alguna manera, ya sea mediante la sugestión o por la fuerza o mediante amenazas o al negar o conceder ciertos valores que el que los recibe considera como tal. A medida que uno lo observa, uno se da cuenta de que se han asignado muchos valores inusuales y que a fin de ser consciente y vivir en un estado de ser diferente, que lo que uno ha considerado como bueno, lo que ha aceptado como valioso o bueno es posiblemente uno de los ámbitos de más confusión. Cuando uno ve algo como la verdad, pero que algún otro estado tiene valor, hay conflicto, hay lucha y hay resistencia, lo cual es el factor desintegrante. La lucha por alcanzar una ilusión, la ilusión de que lo que es se puede cambiar para encajar en lo que el ser (el yo) ha acordado que es bueno o tiene valor. 

Ahora, muy poco esfuerzo se gasta en ver si lo que es, es bueno, en un punto de vista completamente diferente, si uno lo ve de manera diferente. Hemos sugerido que hay cuatro fuerzas posibles en el mundo.

1. INICIATIVA: algo que hago, algo que uno quiere originar. Y luego hay:

2. RESISTENCIA siempre en contra de ella, ya sea la gravedad, la distancia o el tiempo, ya sea una persona o un evento determinado. Por lo tanto, la segunda fuerza surge para obstaculizar, de alguna manera, resistir lo que se origina. Pero sin ella, la segunda fuerza, no habría fuerza, ni poder. Es lo mismo que si intentáramos moldear una pieza de cerámica sin un molde de resistencia, en el cual verter la cerámica liquida, por lo que pudieraendurecerse en la forma que uno quisiera. Entonces habría una:

3. FORMA: Por lo tanto, con la iniciativa y la resistencia se produce una forma y en seguida la forma proporciona un uso, el:

4. RESULTADO. Por lo tanto, tenemos cuatro fuerzas: INICIATIVA, RESISTENCIA, FORMA, RESULTADO.

Ahora la mayoría consideramos a toda segunda fuerza como algo frustrante, algo que interfirió con el ideal de como yo quería que fueran las cosas, de cómo deberían ser. Y, por supuesto, la segunda fuerza se considera como una desgracia, algo malo, deplorable, como mala suerte, y por supuesto, la persona se resiste a ella y piensa que no debería existir. La segunda fuerza, sin duda, es una de las cosas que trae consigo la idea de lo que debería ser, el ideal. 

Otro ideal que uno probablemente tiene es que debe conocer el futuro, y entonces podría hacer todo tipo de preparativos y evitar cualquier situación desagradable. Pero si se conoce el futuro, el futuro es completo e incluye a uno mismo. Ves, si uno pudiera conocer el futuro, que va a ocurrir cierto accidente, uno tendría que seguir adelante y producirlo, de lo contrario uno solo conocería probabilidades y ¿no conocemos ya las probabilidades? Hay una gran probabilidad de que si me dedico a robar como medio de subsistencia, hay una gran probabilidad de que me aprehenderán en el acto y encerrarán en prisión. ¿Diría uno que conoce el futuro? No, pero hay una gran probabilidad. Si conociera el futuro, que robaría, y que me aprehenderían y encerrarían en prisión entonces tendría que seguir adelante, no podría evitarlo porque de lo contrario no conocería el futuro, sólo conocería la probabilidad.

Con frecuencia escuchamos a alguien en determinada situación. Se han encontrado atrapados en una tormenta de nieve en la carretera o algo similar y dicen, “Si lo hubiera sabido, no habría salido de casa”, pero si lo hubieran sabido, habrían tenido que salir de casa y seguir adelante. Por lo tanto, uno de los ideales de lo que es bueno sería conocer el futuro. Pero, posiblemente, si reevaluamos lo que consideramos “bueno” y lo observamos, veríamos que conocer el futuro sería el infierno más atormentador que cualquier persona pudiera experimentar. Desde el día en que naciera conocería con exactitud cada evento que ocurriría y sabría con exactitud cuándo sucedería y todas las circunstancias al respecto. No se podría hacer nada para evitarlo, para apresurarlo o para retrasarlo. Sería una película que ya habías visto por adelantado y la película se volvería a pasar. ¿Podrías imaginar una existencia más horrible?

Por lo tanto, hemos visto que lo que es significa que no conocemos futuro, pero lo hemos considerado como algo malo, que debemos ser capaces de conocer el futuro. Luego, por supuesto, simplemente al reflexionar en ello casualmente sentimos que podíamos cambiar el futuro. Pero si uno pudiera predecir un evento determinado y luego cambiarlo, no conocería el futuro. Por lo tanto, lo que es significa vivir para reportar lo que es a X, y distinguir lo que es bueno o tiene valor o vale la pena y X opera sobre ello. De esta manera, el hombre reconoce su unidad con X, con el Espíritu. Si él pudiera prever y cambiar el futuro y todos los eventos en el mismo no tendría comprensión con respecto a X. Nunca se daría cuenta de su unidad con X, que es una función de X. Por lo tanto, lo que es, está diseñado de forma tal por un Creador amoroso todopoderoso a fin de que se le diera a uno toda oportunidad de descubrir la propia unidad con X porque uno jamás conoce el futuro. Pero independientemente de lo que suceda, si uno ve lo que es y su valor, X opera sobre ello. En ese momento uno ve que no es necesario conocer el futuro, que todo está en un siempre variable, siempre amoroso panorama de cambio, y uno podría sentirse cómodo con el cambio, cómodo con lo desconocido y reconocer la unidad con X, la unión con X.

Si uno pudiera hacer lo que indica el ideal, lo que debería ser, lo que uno ha valorado, uno estaría en un estado horrible de existencia; el más aburrido, el más tedioso, en la forma más inquieta que alguien pudiera estar. Uno vería el futuro panorámico en su totalidad y vería todo y sabría que se acercaba. Sabrías que en cierto día te quemarías, recibirías noticias de que un ser querido moriría, no se podría hacer nada, conocerías el futuro. ¿No sería espantoso?

A medida que comenzamos a observar, empezamos a reevaluar lo que el ser (el yo) ha dicho que es bueno. Ahora el ser (el yo) se basa en los cuatro impulsos básicos duales de que el único propósito de vivir es no ser perturbado, evitar cualquier dolor. Pero el dolor es la gran señal que nos señala que no estamos reportando con precisión a X, que nos dirigimos a algo destructivo para el estado de ser por entero, que estamos destruyendo el organismo, la conciencia, la unión de X por entero—la conciencia, el cuerpo y la función, la estamos haciendo pedazos. El dolor es el que avisa que uno va por ese camino. 

Sin el dolor uno sería totalmente insensible a todo lo que significa destrucción para el cuerpo, para la conciencia, para el estado de ser, incluso para la existencia. Así que uno empieza a ver que el ser (el yo) ha aceptado como bueno algo que sería muy perjudicial. Esto se llama REEVALUACIÓN.  

Al mismo tiempo, el ser (el yo) ha establecido como bueno que uno nunca debe ser ignorado o rechazado. Pero uno de los grandes maestros en las escrituras dice que uno debe saltar de alegría cuando es acusado falsamente y maltratado por otras personas.  Ahora bien, si uno lo advierte, que le da el discernimiento para ver dónde se encuentra, para ver lo que uno está valorando, si uno se encuentra atrapado en la valoración de lo que debería ser. La ilusión ha establecido un ideal de lo que es bueno y prácticamente no ve ningún valor en lo que es, sino solo en la ilusión. A medida que uno le da seguimiento a esto se da cuenta que cierto nivel de desaprobación es también algo muy maravilloso. ¿No es maravilloso que no podamos controlar a las personas? Porque si lo hiciéramos, ¿qué clase de criatura seríamos? Si tuviéramos el poder de controlar a una que otra persona estaríamos asentando al ser (el yo) como un dios. Y se ha asentado a sí mismo como un dios, el dios de la obscuridad, mamón, el que señala lo que debería ser, el ideal, ser lo que el ser de la decisión infantil, los cuatro impulsos básicos duales, de mamón, ha señalado que es bueno. Cuando uno ve que lo que es, es verdad, un hecho, pero siente que lo que debería ser, lo que sería bueno, sería que existiera un hecho diferente, uno se encuentra en un estado de conflicto mental, lucha mental, resistencia mental, y emocionalmente deshecho. Y, sin duda, reportó a X que todo está en un estado terrible, uno se encuentra en un estado de emergencia. X prepara el cuerpo para pelear o huir y, por supuesto, no hay nada que pelear o de que huir. Simplemente significa que el ser (el yo) dice que lo que es, no es bueno y que lo que debería ser, si sería bueno. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es cambiar lo que es por algo que sería lo que yo llamaría bueno, y de ello consiste el trabajo del ser (el yo).

Yo lo observa y ve que es necesario desidentificarse totalmente del ser (el yo) y comenzar a ver el valor, Yo, el observador, empieza a ver el valor de lo que es. Ahora, antes de que Yo pueda comenzar a ver el valor de lo que es y comenzar remotamente a operar el ser (el yo) plenamente, debe ser limpiado, así como hemos visto. Por lo tanto, lo primero que uno va a hacer es escribir todas las cosas que el ser (el yo) reporta como buenas. 

Ahora bien, en términos generales, sería bueno no ser perturbado, tener placer y comodidad y escapar del dolor, tener aprobación, escapar toda desaprobación y llamar mucho la atención y evitar ser ignorado o rechazado. Ser importante, controlar a todo el mundo, no ser inferior porque nadie me desobedece y luego, por supuesto, que quejarse cambiara lo que es por algo que de repente sea lo que uno ve como bueno, que exigir derechos cambiara lo que es y que complacer a las personas cambiara lo que es y que creer y hacer lo que me dicen las autoridades cambiara lo que es en algo que yo supiera que debería ser, o que aparentar ser diferente en la superficie, ponerse una máscara diferente, cambiara lo que es, o que echarle la culpa a algo cambiara lo que es.

Sin embargo, lo que es, es un hecho y un hecho es muy difícil de rebatir. Ves, la persona quiere ser un mago y cambiar lo que es en algo diferente que uno llamaría bueno, y como uno observa, uno sabe muy poco acerca de lo que es bueno y tiene valor en las experiencias de la vida. Uno ve los retos como algo malo y la falta de ellos como bueno. Pero si se observan, todos los retos son buenos y todo lo que es, es un reto y uno apreciaría lo que es, lo siempre cambiante. Cada uno es un reto u oportunidad para ser más consciente, estar más enterado y para hacer visible aún más la falacia del ser (el yo), de lo que debería ser. Como hemos visto, cuando vemos algo como una ilusión, dejamos de tener la tentación de envolvernos o identificarnos con esa ilusión.

Cuando eras un niñito probablemente escuchaste la historia de que había una olla de oro al pie del arco iris. Y si alguna vez viviste en ciertas áreas, posiblemente el pie del arco iris parecía que estaba a sólo unos cuantos pies de distancia y que podías apresurarte y tomar la olla de oro, y ¿no sería maravilloso? Pero si alguna vez intentaste alcanzar un arco iris, encontraste que siempre estaba un poco más allá, en la siguiente colina, cuando llegabas a la siguiente colina, estaba en la siguiente y luego desaparecía rápidamente. 

Si alguna vez uno ve que todas las ideas del ser (el yo), de lo que debería ser, son tan ilusorias como el arco iris, uno dejaría de tener la tentación de identificarse con las ideas del ser (el yo). Ideas de que lo que debería ser, es bueno, y lo que es, es malo, que debería ser cambiado por lo que sería bueno. Ahora el intento de cambiar un hecho es lo más imposible que el hombre conoce, pero es muy posible reevaluar el valor de ese hecho. Quien haya visto el hecho y todo lo relacionado con ello como algo malo y equivocado puede de pronto empezar a ver que es bueno, que es un reto. Me da la oportunidad de evolucionar, de crecer, de ser más consciente y elevarme en conciencia consciente y ser más obediente a la propia naturaleza, reportar lo que es y su valor. Ves, X no opera sobre algo simplemente porque dices que existe. También debes ver su valor; entonces estás reportando la Verdad a X. Ahora bien, si uno reporta que algo existe, pero que es malo, X, por supuesto, no opera sobre ello. Además uno reporta que lo que tendría valor sería intentar cambiar lo que es en lo que debería ser, y esa es la lucha, el conflicto y la resistencia en la que se encuentra la mayoría.

Por lo tanto, en nuestra hoja de papel vamos a ver lo que es y luego vamos a ver, en el otro lado, el ideal, lo que sería bueno. A medida que lo vemos por escrito, donde podamos observar y enterarnos, encontrarás que la reevaluación empieza a surgir con mucha facilidad. De hecho, uno empezará a ver lo divertido de la situación por entero y empezará a reírse de todos los ideales, todo lo que debería ser, la lucha que uno ha sostenido, a través de los años, tratando de cambiar lo que es en algo que yo podría decir que es bueno y tiene valor. No veo el reto como algo bueno. El ser (el yo) está totalmente molesto con lo que es.

Ahora, casi todo el mundo ve lo que es verdad o un hecho, que un determinado evento está teniendo lugar. Pero vamos a observar que el ser (el yo) comienza de inmediato a evaluar el evento y muy frecuentemente dice que es malo, que no es bueno, y luego surge la lucha por cambiar lo que es en lo que debería ser. Al mismo tiempo podemos ver que constantemente está en un estado de expectación de que será lo que se llama bueno, y luego cuando lo que es surge para darle a uno la oportunidad de evolucionar, de inmediato el ser (el yo) se encuentra juzgándolo como algo malo.  

Voy a observarlo y vamos a escribir y observar cuidadosamente durante toda la semana como lo que es se ve tan a menudo como algo malo y como raras veces se ve como algo que tiene valor o es bueno. 

Solo cuando el hombre ve lo que es verdad y lo que es bueno, que en efecto ve la Verdad, y siempre están en armonía. Nunca existe un conflicto en la Verdad. Lo que es si tiene un valor cuando uno está despierto y lo ve.

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